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Por el día de las personas con discapacidad

El Caidin y la escuela de educación especial organizaron una caminata

La caminata por las calles de la ciudad inició en la Plaza San Martín.

En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad el CAIDIN (Centro de Ayuda Integral al Discapacitado del Norte) y la Escuela de Educación Especial Nº 14 realizaron una caminata y acto.

La caminata dio inicio a las 19 hs desde Plaza San Martín por Av. San Martín hasta Dr. Vázquez regresando por la otra mano de la Avenida hasta Salta y desde allí regresaron a la Plaza donde se llevó a cabo un sencillo pero emotivo acto.

La caminata

En la caminata los organizadores invitaron a personas a vendarse los ojos y caminar acompañados como así también a ocupar sillas de ruedas para vivir la experiencia de un discapacitado y poder comprender las necesidades de los mismo en la vía pública como rampas, respetar las sendas peatonales en los cruces de calles principalmente en semáforos y utilizar luces y sonidos según corresponda y en cada oportunidad.

El acto

El acto se realizó una vez culminada la caminata donde las personas que caminaron con los ojos vendados como así también quienes utilizaron sillas de ruedas contaron su experiencia.

Luego Rita Barrios, ex alumna de la Escuela, que se encuentra en silla de ruedas dio su emotivo testimonio y dijo: hoy es un día un poco raro para nosotros, porque tener una discapacidad no es algo agradable ni fácil tampoco, pero uno tiene que aprender a sobrellevar y salir adelante".

"Tengo una familia, tengo un esposo, no tengo trabajo pero tengo un título y gracias a la Escuela Especial aprendí a defenderme, a poder moverme, no es fácil pero se puede".

Por otra parte Claudia Goméz, mamá de un chico que asiste a la Escuela Especial dijo que "cuando nuestro hijo estaba por cumplir 5 años tuvimos que despertar de una negación y empezar a pensar en las Instituciones y la socialización con otros niños, fue así que debimos aceptar que nuestro es hijo es distinto, y afrontar que no se desarrollaría como al ritmo de los demás. La etapa del jardín es para olvidar, él no contemplaba las reglas ni concebía aprender al nivel de sus exigencias, fue la época en que más vulnerado lo vi, agredido por el entorno que no comprendía sus actitudes raras, me acuerdo que apenas llegaba se sacaba sus zapatillas y tiraba objetos por el aire. Anduvimos deambulando de un consultorio de psicólogo al otro, de estimulación temprana, preguntando, buscando opiniones, posturas, teorías que muchas veces nos llenaban más de dudas que de certezas, y así ocurrió lo inimaginable, nos confirmaron que debía recibir educación especial, yo no sabía que sería de mis ilusiones, de mis deseos de verlo moverse exitoso en cualquier actividad que hiciera, nos vimos obligados a ponernos en contacto con nuestro propio valor, ése que tantas veces no queríamos ver, así llegamos a la Escuela donde enseguida nos dieron una respuesta y un lugar, todo comenzó con permanecer media hora dentro de su aula al principio creando un vínculo con su maestra, reconociendo al establecimiento como un lugar propio donde podía ir a hacer lo que le gustara, y un día, hasta dejó de tirar sus zapatillas!!”.

Por último Juan José Schmidt se dirigió a los presentes con sus palabras y cerró con un poema de su autoría: Hace 25 años, cuando la vida me marcó a fuego, sentí un vacío muy grande en mi corazón, una cortina cubrió con su manto oscuro todos mis sueños. Fueron tantas preguntas, ¿porque a mí?, ¿qué hice de malo para merecer esto? .pero una noche cuando mi almohada ya mojada de tanto llorar, un luna llena entro por mi ventana y cambio la visión de mi existir.

A mi mente llegó otro tipo de pregunta, ¿porque no a mí? si tal vez Dios o el destino tiene preparado una misión que debo cumplir. Fue duro, pero fui constante, perseverante, forme mi familia con la base del amor, el respeto y el compromiso asumido. Eran tiempos difíciles, se hablaba de inválidos, de personas que eran un estorbo, que no servían para nada, se los escondía en los rincones más ocultos de los hogares.

Hoy no es casualidad que estemos aquí reunidos en la plaza, donde podemos levantar la voz y decir lo que pensamos y sentimos. El Caidin nació de personas que al igual que yo queríamos salir del encierro y mostrarnos tal cual somos. Por otra parte la escuela especial abrió sus puertas para cobijar a tantos niños, muchos de ellos hoy hombres y mujeres de nuestra comunidad. Pasaron más de 20 años y hoy podemos decir que dimos un gran paso, nuestra sociedad comprendió que las personas con discapacidad estamos dispuestos a enfrentar la vida, con las condiciones desfavorables que nos tocaron, siempre dispuestos a superarnos y ser artífices de nuestro destino; solo le pedimos el acompañamiento y la comprensión de nuestras limitaciones; nada es fácil, pero tampoco nada es imposible, a mí no me lo contaron, pero les puedo decir simplemente “se puede”.

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