Política
Ya todos saben que vos sos un…

Eduardo Aguilar, con memoria selectiva, olvidó que a él no le cambiaron los pañales

El actual senador Eduardo Aguilar, un desubicado oportunista y mal agradecido.

Somos pocos y nos conocemos mucho, Eduardo Aguilar quiere presentarse como el trigo limpio, cuando en realidad tiene encima el fracaso y despilfarro del Polo Textil durante el mandato de gobierno de Jorge Capitanich y duplicó el presupuesto en Pautas Publicitarias durante su presidencia en la cámara de diputados, es decir gastó el doble de su predecesor Juan Bergia.

El senador manifestó en por una FM de la capital chaqueña que “En 2015 desistí de competir en la interna del Frente Chaco Merece Más por la asimetría: mil a uno, era que tenía en contra con Peppo y Aída”, que supuestamente se financiaban con fondos públicos, según ahora recién lo denuncia.

Otro aspecto revela su odio y resentimiento a su mentor: Jorge Milton Capitanich, porque de ser un pródigo Coquiboy´s pasó a ser descartado por el ahora intendente de Resistencia quien lo calificó de “inútil” políticamente hablando. “Le di todo” habría dicho Coqui cuando le bajó el pulgar a Eduardo Aguilar, no es cierto que éste “desistió” por la asimetría en publicidad: Coqui le quitó apoyo por su inoperancia.

Un solo dato, Aguilar no solo es inoperante sino también es pollerudo. Su esposa viajó a Rosario y conoció a Lucio Guberman, un consultor político del cual quedó impactada y lo trajo a la legislatura donde la mujer manejaba los hilos. Así por ejemplo, Guberman, tenía un contrato a través de su consultora, Julito cobraba fortunas como siempre en concepto de publicidad y Eduardo desarrolló varias jornadas de trabajo con personal legislativo para justificar “gastos operativos”, según el mismo personal ya que estos eventos no eran útiles en ningún sentido.

La esposa de Eduardo Aguilar manejaba el presupuesto legislativo, se autoenviaba fondos o los dirigía a su entorno más selecto como Nicolasa Jacob de Agostini.

Aguilar demostró que es capaz de morder la mano de “quien le dio de comer”: el Partido Justicialista y ser además, un desagradable oportunista que en medio de una crisis de gobierno sale a ofrecerse como “única” alternativa para postularse como candidato a gobernador 2019. Algo así como entrar a vender flores en pleno velorio. Y su gestión como presidente de legislatura, dejó deudas sin cancelar y un sabor amargo en los trabajadores legislativos.

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