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Límites "porosos" y muchas pistas clandestinas

Despliegan aviones de combate y un radar para vigilar el norte del país

Para el caso de Santiago, el radar 3-D primario detectará los ecos de una nave en pleno vuelo y su localización.

El gobierno instalará un sistema de seguridad para abortar vuelos de narcotraficantes, situación de la que no escapan otras provincias como Salta, Chaco, Corrientes y Formosa. El aeropuerto de Santiago del Estero servirá de base para los equipos y el personal especializado dejaron trascender ayer fuentes castrenses. El prototipo de radar primario del tipo 3-D desarrollado e instalado por el Invap en la base El Palomar.

La presidenta Cristina Fernández habilitará un programa para mejorar la seguridad aérea y el control de los vuelos en todo el norte del país que incluye un radar y la radicación de una flota de aviones Pucará en una base móvil, que se instalará en el aeropuerto de Santiago del Estero, según dejaron trascender ayer fuentes castrenses.

La instalación de estos equipos supondrá un duro golpe para las incursiones aéreas del contrabando de drogas y mercaderías que, por numerosas, han llevado a los especialistas a considerar a Santiago del Estero como "un portaaviones del narcotráfico", situación de la que no escapan otras provincias como Salta, Chaco, Corrientes y Formosa.

Si bien el lanzamiento del sistema de control del tráfico aéreo se mantuvo bajo reserva, se estima que desde hoy comenzarán a llegar los primeros expertos para ajustar los detalles en donde se montará el radar móvil primario del tipo 3-D construido por la empresa estatal rionegrina Invap, utilizado para defensa militar o vigilancia. Integrará el plan denominado Escudo Norte, que ya tiene otras sedes en Resistencia (Chaco) y Posadas (Misiones), y cuyo objetivo apunta a mejorar el control del tráfico de las aeronaves que ingresan o salen de las fronteras.

El sistema de vigilancia santiagueño, que estará bajo las órbitas de las cartera de Defensa y de Interior, incluirá alrededor de 150 efectivos de la Fuerza Aérea, personal especializado para montar el equipo, supervisar su funcionamiento y registrar las operaciones que pueda detectar el radar. Además estarán los pilotos de los tres aviones Pucará y el personal técnico de mantenimiento de las aeronaves destacado en el lugar.

Está previsto que dentro del predio del aeropuerto santiagueño se levante una base de operaciones con módulos especiales que contendrán toda tecnología para procesar la información del radar.

Fuentes militares explicaron que el personal afectado estará dividido en un grupo de comunicaciones y el otro en el sistema de armas, es decir, estos últimos tendrán a su cargo los Pucará.

Para el caso de Santiago, el radar 3-D primario detectará los ecos de una nave en pleno vuelo y su localización. Enlazado con los radares secundarios de Tucumán y Córdoba, que tienen la identificación de los aviones, el número de vuelo y la altura en la que se desplaza, entre otros, podrá determinar si el vuelo detectado es o no "irregular". En esa instancia, los aviones militares interceptarán los vuelos no autorizados o no registrados de acuerdo con las normas que aplican las autoridades en el país.

La instalación del radar de largo alcance en Santiago forma parte del decreto nacional de 2004 a través del cual puso en marcha el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (Sinvica), que incluyó la instalación de radares secundarios y primarios en diferentes puntos del país.

Una vez que esté operativo en Santiago del Estero, el radar tendrá como función principal la de proporcionar datos de situación y movimiento de la actividad aérea dentro del volumen de su cobertura, de forma que permita realizar tareas de detección, vigilancia, identificación y control en el espacio aéreo de su responsabilidad.

Invap ya tiene instalado un prototipo del radar 3-D en la base aérea de El Palomar operando. Estará certificado y homologado en 2012. El equipo, que es portátil y puede trasladarse por tierra, mar y aire, comenzó a desarrollarse en 2005.

El Invap también desarrolló un radar secundario, el Inkan, utilizado para la navegación comercial. Este radar emite una señal de interrogación a la aeronave detectando su dirección y azimut por medio de las respuestas automáticas del avión.

La empresa participa en el suministro de once radares del tipo secundario dentro del plan de nacional de radarización. El primer prototipo, que costó 3 millones de dólares, fue instalado en el aeropuerto de Bariloche superando exitosamente las pruebas. Un segundo aparato fue levantado en Quilmes (provincia de Buenos Aires) desde donde cubre toda el área metropolitana. Las siguientes dos unidades se instalaron en Neuquén y Santa Rosa (La Pampa).

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