Desde las sombras y en medio del escándalo judicial, el peronismo ajusta sus cuentas personales
Todo indica que el proceso interno dentro del Justicialismo chaqueño se adelantó unos meses y que indudablemente se encuentra entrelazado con los escándalos judiciales que pusieron en vilo este año al Gobierno provincial. A pesar de que desde esta columna siempre se barajó la posibilidad de que la intromisión de la jueza Zunilda Niremperger y su fiscal Patricio Sabadini tendría fines netamente políticos, con los movimientos de fichas de estas últimas semanas quedó expuesto a la luz que los popes peronistas no están dando puntadas sin hilo.
El chivo expiatorio de toda esta cuestión pasó a ser el ministro de Infraestructura provincial, Fabián Echezarreta, que se encuentra entre la espada y la pared tras las acusaciones de la Justicia Federal y el pedido de desafuero o juicio político por parte de la Cámara de Diputados. En los pasillos de la Casa de Gobierno se puede escuchar a personas allegadas al investigado ministro, de que Chaza estaría dispuesto a hablar en caso de sufrir un revés judicial que lo lleve tras las rejas, complicando a las altas esferas del gobierno creando un escándalo sin precedentes, aún más grande del que se está viviendo en el Chaco en estos meses. Esto, lógicamente, sería la explicación más clara de porqué el gobernador Domingo Peppo no desplazó de sus funciones a su ministro y lo entregó para que la Justicia investigue, tal como sucedió con el secretario General Horacio Rey meses atrás.
Ahora bien, con toda esta novela, el personaje del malvado protagonista recayó en Gustavo Martínez y su virtual manejo de la Legislatura que habría permitido avanzar con el pedido de desafuero del ministro Echezarreta. Esto habría provocado un distanciamiento entre el presidente del Concejo municipal capitalino y el mandamás provincial que habría sido muy bien capitalizado por el otro pope peronista y quién mejor parado podría quedar con todo este escándalo: Jorge Milton Capitanich. No solo el acercamiento entre los pesos pesados permitió aumentar el cupo de cuadras de pavimento para la ciudad, sino que también le dio tranquilidad en las transferencias de fondos coparticipables para la capital permitiendo encarar un último año de gestión municipal con una tranquilidad casi asegurada.
Pero lo más importante no es eso, sino la presión que se ejerció para que el Caso Echezarreta continúe por la vía del juicio político que, si bien solo servirá para ganar tiempo, sin dudas también terminaría con el desplazamiento del ministro que tendrá que afrontar su pedido de detención y comparecer tras las rejas ante la Justicia Federal. Entonces aquí aparece una gran pregunta: ¿Quién sería el principal beneficiado con el juicio político? Todos creen que será Domingo Peppo, pero esto no es así, por tarde o temprano terminará recayendo un pedido de juicio político para él por ser corresponsable por las acciones de un ministro que fue designado por él a finales de 2015. De esta manera, si prospera la destitución del mandatario provincial sería Daniel Mateo Capitanich quién quedaría a cargo de la gobernación, justo en un año electoral, y con el manejo de la poca caja que facilitaría la coacción hacia los intendentes que no tendrían otra opción más que apoyar a su hermano Coqui allanándole el camino a un nuevo mandato como gobernador en 2019.
En conclusión, todo este relato podría ser considerado como una posibilidad descabellada. Pero si nos tomamos el tiempo de analizar bien la cuestión, es una opción real que al parecer se está calentando a fuego lento para que esté lista a fin de año. Como siempre decimos, el tiempo no dará la razón a medida que se vayan moviendo las fichas en el tablero político chaqueño que hoy más que nunca, se encuentra muy, pero muy complicado para cualquiera.
