Patricio Sabadini, Fiscal que investiga las asociaciones ilícitas que se ha llevado medio gabinete del gobierno de Domingo Peppo, ha sido contundente estableciendo que Jorge Milton Capitanich y Aída Ayala se encuentran fuera de cualquier investigación. Caída de telón para las especulaciones de la semana, donde los esbirros intentaron poner en escena a la Diputada Nacional.

Su estrategia consistió en distraer la atención que merecen los operadores del delito. El efecto dominó de los allanamientos llevo a escena a los pepistas y coquistas a revolear la media para manchar con su artería putrefacta a la única candidata a gobernar esta provincia que puede dar la cara y hacer ostentación de honestidad. Ayala no se enriqueció durante sus años de gestión, no está investigada.

Ningún otro, y en este caso, muchos funcionarios oficialistas, pueden mostrar su patrimonio sin enmudecer, ni ocultar su composición sin merecer castigo. El cobarde mata por lapidación moral. No tuvieron escrúpulos en atacar a una mujer íntegra. Toda la semana, sin miramientos, durante la cual Ayala soportó estoicamente, aún la más baja de indignidades, la de ver proliferación de acusaciones sobre sus propias hijas.

Mire, el delincuente puede perder su libertad, pero un hombre aún preso no debe ni puede perder su dignidad. Y dignidad es lo que no se puede esperar de los que abrieron la boca para calumniar, de los mediocres, de los que no reconocen en sí mismos la mínima partícula ética.

Aída Ayala en su camino a la gobernación del Chaco deberá superar la gesta de los tristes célebres cobardes, cuya única acción consistirá en intentar arrebatarle sus méritos. Estos hombres vulgares se olvidan que intentan mancillar y humillar a una gran mujer, que por más que pueda erigirse sobre sus principios éticos, transparentes y honestos, no deja de acusar el dolor de la afrenta.

Su ideal es llevar esos principios y valores a la gobernación de esta bendita provincia, es un ideal de perfección, que puede soslayar la complacencia servil o la adulación provechosa, y aún la mácula miserable con la que han pretendido degradar su honestidad. Mujer valiente Aída Ayala. Ella habría querido que la investiguen, abrir las puertas de la austeridad de su vida cotidiana, mostrar al investigador sus costos, el lugar que alquila para poder legislar lejos de su tierra. Pero es más; quiere evitar el recrudecimiento de la mediocridad, llevar tranquilidad al pueblo chaqueño, brindarle las soluciones que aspira a conseguir todo aquel que vive en el Chaco.

Ayala tiene ideales, gestión, honestidad, espíritu de trabajo, y la garra, el tesón, la perseverancia y la fortaleza de su condición de mujer. El otro frente, ese que nos decían que merecíamos es la afrenta, la ilegalidad, monarcas de la tentación y ostentación, tienen patrimonios y algo más, que "merece" investigación y condena… Muchos, demasiados diría, para este Chaco que duele.

(*) Diputada provincial por Cambiemos Chaco.