No hace falta ser adivino para darse cuenta que no todo es color de rosas en el seno del radicalismo chaqueño reconvertido a macrismo, pura y exclusivamente, por un reflejo de supervivencia.
Desde que asumió Mauricio Macri en la Casa Rosada se comenzó una feroz batalla entre los popes radicales para obtener la bendición y protección presidencial. Como esto explícitamente nunca sucedió, la disputa pasó a ser mediática y generó una interna partidaria que si bien se trata de ocultar, preocupa a varios dentro del Comité provincial.
Nada más y nada menos que Ángel Rozas y Aída Ayala pelean cuerpo a cuerpo en Buenos Aires para quedarse con el rol protagónico de vocero oficial de la presidencia en el Chaco.
La historia comenzó a favor de la ex intendenta capitalina que usufrutuó su cargo nacional y comenzó a "patear" la provincia para lograr una buena instalación con los potenciales electores. Esto y otras medidas adoptadas por Macri con sus alfiles en el Senado de la Nación, provocaron que "El Ángel" pierda terreno y sufra un infarto que lo tuvo inactivo varios meses.
Pero esto no quedó así por mucho tiempo. Por ser un "Cuadro Político" indiscutible en la provincia, el caudillo radical evitó el Purgatorio y emergió de las tinieblas para dar batalla y tratar de conseguir el liderazgo partidario que tanto necesita para ejercer presión en los años electorales venideros.
Haciendo valer su rol de peso pesado en el Senado, Rozas aprovechó todas las oportunidades y pasó a ser considerado como hombre necesario en todo proceso de negociación entre el PRO y la UCR.
La prueba más clara es que se constituyó en uno de los pocos dirigentes que participará del encuentro privado en la Quinta de Olivos donde no más de cinco o seis personas se entrevistarán con el Presidente para ratificar la alianza y coordinar la estrategia electoral para este 2017.
Los "mitaí" siguen relegados
El año pasado desde el macrismo se trató de instalar a jóvenes figuras del radicalismo chaqueño como posibles y potenciales candidatos. Bruno Cipolini y Leandro Zdero trataron de capitalizar este supuesto apoyo presidencial que lentamente se fue licuando culpa de la pésima oposición que se ejerció en la provincia del Chaco.
A pesar de sufrir también una interna caliente, Domingo Peppo no tuvo problemas en hacer desaparecer a las jóvenes promesas radicales que nunca tuvieron el buen tino de ejercer presión contra el mandatario peronista.
Tampoco el "Zorro" Zdero pudo lograr constituirse en el referente capitalino que pusiera en jaque a Jorge Capitanich, que lo aplastó y defenestró tantas veces como quiso utilizando su chapa política y su hábil manejo mediático.
Ahora solo resta saber cómo se moverán las fichas en Buenos Aires y si existe la posibilidad que conformen algunas de las listas que, obligatoriamente, tendrán el consentimiento o los nombres que se elegirán en la Casa Rosada.
