A un año de las elecciones el panorama es incierto en el peronismo
En un año preelectoral atípico en el que han sucedido todo tipo de acontecimientos muy peculiares y hasta escándalos, se comienzan a divisar en el horizonte el calendario de elecciones del 2019 en donde el peronismo jugará todas sus fichas para mantener el poder en el Chaco. A pesar de gozar de cierto acompañamiento de la Casa Rosada, parece muy difícil de que Domingo Peppo pueda aspirar a una reelección luego del bochornoso escándalo de corrupción que sacudió su gestión desde comienzos de año y que culminó con investigaciones judiciales y detenciones de personas muy allegadas al mandatario provincial, como el mismísimo mano derecha Horacio Rey.
Si bien ese cimbronazo parece haber quedado en el olvido, gracias a la estrategia en el manejo de medios que envío el tema al fondo del congelador, con las últimas declaraciones del gobernador quedó bien en claro que se seguirá bancando al ex secretario general de la Gobernación y se insistirá en que todo esto formó parte de un muy bien pensado operativo político que pretendió patear el tablero para desacomodar todas las fichas.
Lo que sí no se podrá evitar, es que estos acontecimientos no repercutan en el armado de listas y en las definiciones de candidaturas dentro del oficialismo. Un oficialismo que llegará al 2019 con un Frente Chaco Merece Más casi despedazado, luego de que el mismísimo creador de este espacio, Jorge Capitanich, asegurara que el frente político que permitió el triunfo del peronismo en el Chaco en el 2007 se encuentra desgastado y casi obsoleto.
Para el año que viene se espera una dura disputa, ya que tanto Peppo como Capitanich tendrían como objetivo disputar la gobernación. El actual mandatario haría pesar el supuesto apoyo que tiene desde Buenos Aires para continuar en su cargo. Desde el macrismo puro, teniendo en cuenta que no hay ningún delfín con peso en el Chaco que pueda quedarse con la gobernación, no verían con malos ojos que Peppo continuará al frente de una insignificante provincia, desde el punto de vista electoral. A pesar de esto, el principal objetivo sería que Coqui no vuelva a ganar la gobernación y esto sea tomado como una nueva escalada del kirchnerismo o por qué no de Unidad Ciudadana que nuevamente lo posicionaría mediáticamente en todo el país.
Ni hablar de Capitanich, que tras una excelente gestión en Resistencia todavía se encuentra deliberando sobre su futuro. Lo que sí queda claro es que un nuevo mandato en el principal municipio de la provincia es ya una utopía, más teniendo en cuenta que las chances de obtener nuevamente la gobernación son muy altas. Y con esto, nuevamente se abre el panorama para otro peso pesado del peronismo chaqueño, Gustavo Martínez, quién seguramente pisará el acelerador a fondo para intentar de una vez por todas lograr la intendencia de Resistencia que le sirva de catapulta para en un futuro no muy lejano a aspirar a algo más grande. Lógicamente y como algo habitual, el dirigente capitalino tampoco soltaría una liana sin agarrarse de otra. Muy hábil en las negociaciones, en caso de no poder llegar a la intendencia, Gustavito estaría analizando quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados para seguir vigente en todo tipo de negociación política y dentro del eje de poder chaqueño.
La carrera para el 2019 ya se inició internamente y las negociaciones están a flor de piel. Con un radicalismo casi inexistente y quebrado internamente comenzó el tironeo político y las distintas figuras del peronismo ya se encuentran moviendo sus fichas, así que en los próximos días comenzará la danza de reuniones que sin duda poco importa al electorado chaqueño, pero que sí servirá para cocinar todo tipo de arreglos de lo que surgirá, seguramente, el nuevo gobernador chaqueño.
