Si bien en un principio los organizadores de este negocio se presentan como una entidad seria que les garantiza el éxito a las adolescentes, las conversaciones que mantienen con las chicas van con otra intención.

Una de las damnificadas comentó que en un momento Doto “empezó a pedirme fotos y que me quería ver por web cam”. “Inmediatamente, dije que esto era una estafa”, agregó.

La joven Paola Yulán, oriunda de Castelli (provincia de Chaco), denunció este hecho para advertir a sus colegas que suelen caer en las trampas de estos operadores que luego comercializan sus fotos a sitios pornográficos o tal vez las utilizan para someterlas sexualmente.

Ante los reincidentes hechos de este estilo, Facebook debería empezar a depurar estos perfiles truchos que sólo tienen la intención de causar daño o en la Justicia actuar de oficio y así impedir la propagación de estas situaciones que lamentablemente pueden conllevar a la trata de blancas.