Todavía retumban en el edificio municipal los gritos del ex gobernador que tuvieron como principales destinatarios al presidente de la bancada justicialista en la Legislatura, Hugo Sager, y al principal delfín coquista Juan Manuel Pedrini, que no solo fue poco lo que pudieron hacer para evitar la suspensión, sino que también llevaron adelante discursos convincentes que por lo menos siembren dudas en sus pares para poder dilatar esta definición.

Lo de Pedrini fue lamentable y realmente deprimente, lejos de las alocuciones que llevaba adelante cuando ocupada una banca en la Cámara de Diputados de la Nación. Totalmente abatatado solamente le faltó llorar cuando se dio cuenta que desde el radicalismo estaba todo cocinado para apoyar la moción impulsada por el gobernador. Ni hablar del papelón del diputado Héctor Vega que prácticamente emuló la forma de hablar de Diego Maradona sin que se le pudiera entender casi nada.

El papelón de Panzardi

Y qué decir de la actitud grotesca, soberbia y de muy poca clase de la defensora número uno de Capitanich en la Legislatura, Claudia Panzardi, que nuevamente pecó con su postura rebelde repleta de insultos, vociferaciones y agresiones al actual gobernador en un intento desesperado de tapar el bosque con el árbol.

A la diputada de Laguna Blanca solamente le faltó lanzar improperios contra los trabajadores legislativos para tener un 100 por ciento de puntería durante sus irrespetuosas intervenciones en la sesión. Realmente dio vergüenza ajena y se constituyó en un nuevo episodio negro de la Cámara de Diputados que a pesar de querer lavar su imagen siempre queda en off side gracias al desempeño de legisladores que se encuentran muy lejos de lo que realmente quiere la gente que los votó.

En los próximos días seguramente se dará a conocer el cronograma electoral provincial y se comenzará a hablar de los distintos mecanismos que serán utilizados por los sectores para afrontar este año electoral. Colectoras, ley de lemas y los mismos candidatos en distintas boletas serán moneda corriente y un tema de discusión en bares y redacciones.

Tampoco hay que descartar elecciones municipales desdobladas y quiebre interno que podría ser fatal para algunas figuras políticas chaqueñas. Y por qué no, también la posibilidad de que los tres caudillos peronistas se reúnan para limar asperezas y lleguen a un acuerdo con lista de unidad que sea ratificada por un futuro congreso partidario en el interior de la provincia.

Esto recién empieza, pero lo que sí queda claro es que en el Chaco puede pasar cualquier cosa durante este año electoral que será determinante para los distintos dirigentes que se pugnan por la conducción no solo del Partido Justicialista, sino también por las riendas de una provincia que a pesar de todo sigue teniendo al peronismo como su principal y más potable alternativa para manejar las riendas del gobierno.