El Chaco y el país se hunden, y la gilada festeja
Gracias al inicio de la Copa del Mundo de fútbol en Rusia y al histórico debate por el aborto legal con posterior aprobación de la Cámara de Diputados de la Nación, el Gobierno nacional y la dirigencia del PRO y Cambiemos tuvo más que una semana de respiro que permitió ocultar una oscura etapa por la que atraviesa el país.
Pero hablando seria y objetivamente, todo esto no fue más un mero circo orquestado por el oficialismo que logró camuflar este nefasto momento con un dólar que se fue a las nubes y complica aún más a los sectores más vulnerables de la sociedad argentina.
Y eso, sin desmerecer ni restarle importancia a este debate por el aborto, que lamentablemente tiene más perfume a primer mundo que a la realidad irrefutable, la sociedad argentina no se encuentra preparada para poder tener una ley de esta magnitud y con tanta responsabilidad. Sino solo basta con analizar el desempeño de los representantes chaqueños en el Congreso, que sin importar el color político que tengan, protagonizaron patéticos discursos tribunistas y berretas sobre una iniciativa que apunta a mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables y postergados de la historia nacional.
Realmente fue un papelón ver en cadena nacional a la diputada macrista radical Aída Ayala festejar a los saltos tras la aprobación o su par, el médico chaqueño y compañero de lista, Horacio Goicochea, que brindó un patético discurso en contra del aborto con argumentos prehistóricos y nefastos que generaron vergüenza ajena en todos televidentes argentinos que tuvieron la mala suerte de escucharlo minutos antes de la histórica votación en el Congreso.
Salvo contadas excepciones como las de Analía Rach Quiroga, Lucila Masín y una tímida Elda Pértile que prefirió evitar asomar mucho la cabeza, el resto de las alocuciones fueron patéticas. Qué decir del diputado nacional peronista Juan Mosqueda, que brilló por su ausencia como lo hizo desde que asumió la banca tras jurar ante la Biblia que iba a representar al millón de chaqueños.
Con un dólar cerca de los 29 pesos, con este debate se logró desviar la atención de los serios problemas económicos del país y nuevamente nos dejamos engañar por la clase política que poco le importa la realidad de los argentinos y que solamente busca encaminar una gestión de gobierno, de la misma manera que lo hicieron todos los gobiernos que la antecedieron con fines parecidos y sin importar el color político e ideología.
Este en el cuento de nunca acabar y los rehenes siempre fueron, son y serán los mismos: los millones de argentinos que todos los días pelean duramente por poder traer un mango a sus hogares para darle de comer a sus hijos.
