Estuvieron lejos de recibir amonestación, castigo o tratamiento de reinserción social antes del trabajo de planta en SAMEEP (donde no trabajan nunca); de ser atendidos por el intendente de Resistencia (con el asesoramiento en el mismo lugar de los hechos de Miño); o por el propio Martínez en su oficina del Concejo, quien llegó hasta a “bajar” al mismo antro en Villa Itatí para conversar.

Seguramente, como en cada acto o en el próximo Congreso partidario en Machagai llevarán bien en alto las banderas del gustavismo.

Otro asunto es que estos sujetos ya ocuparon un espacio en la sección “policiales” de los diarios locales en causas como tráfico de marihuana, robos y desorden en la vía pública.

Pero algo harán a cambio para merecer un privilegio tan grande como tener un buen puesto en el Servicio de Agua y Mantenimiento Empresa del Estado Provincial (SAMEEP) no concurrir a trabajar y para colmo el caso extremo de cortar calles para exigir pagos u obras para la cooperativa donde también, nunca se los vio mover un dedo.

Parece que aún nuestros dirigentes políticos no se dan por enterados que la sociedad no tolera más estos actos de injusticia, cuando tanto jóvenes como mayores, decentes, con estudios, buscan trabajo y no lo encuentran. Se terminan enterando solo a través de NOVA sobre estos abusos de poder.