En un ómnibus de la Empresa que viajaba de la ciudad de Juan José Castelli con destino Resistencia, una discusión entre pasajeros y choferes llamo la atención de otras personas que viajaban hacia destinos intermedios y Resistencia por gritos y el constante alto tono de voz de señoras muy enojadas por los pasajes, no sólo sin números de asientos sino también por que las cambiaron de móvil o "coche" como para intentar dar una solución.

Unas pasajeras, de edad avanzada, no dejaban de quejarse por la falta de respeto que conllevaba el hecho y la molestia de estar peleándose con otros pasajeros por los asientos, entre otros temas de no menor tenor. Otra pasajera al ir al baño con un menor, se encuentra con un vomito dentro del mismo, por lo que iba a hacer escuchar su queja por tal acontecimiento, pero desistió de quejarse con los choferes o guardas: "Total ya sé que me van a decir" señaló.

Una abuela originaria, en el "mismo viaje", temblaba de frío por roturas en los conductos que regulan el aire, que no contaban con las tapas regulables, por lo dejaba llegar un frío bastante insoportable directamente hacia la humanidad de la pasajera. Otra persona más joven le ofreció cambiar de lugar, a lo que se negó con entereza.

A pesar de diversos reclamos, de denuncias y de permanentes pruebas; parece ser que siguen haciendo de las suyas estos nobles señores propietarios de este servicio, que de servicio dista mucho, ya que sufrir el viaje parece una obligación ya impresa en el pasaje, donde tendría que decir: "A resistencia, con sufrimiento". Es notable ver que muchas de las personas ya llevan consigo mantas y van equipadas como para una excursión al Aconcagua.

¿Seguridad, ¿Limpieza? Cinturones individuales tirados en desuso, falta de limpieza al extremo de montículos de tierra a lo largo de las unidades, entre otras "curiosidades" que desafiarían al más valiente a soportar un viaje en cualquier horario en esta empresa del interior chaqueño.

En cierta forma, parece que los viajeros deben resignarse a su suerte y a lo que les toque. "Ya sea a que se rompa el móvil y quedar unas horas en la ruta hasta que otro coche los rescate, soportar bajas temperaturas en invierno y altas en verano al no funcionar los aires o la calefacción, los reclamos no llaman la atención ni solidaridad de los choferes a cargo, más aún si hay mucha queja a un problema se enojan y contestan mal" dijo una pasajera.

Es lamentable que en pleno siglo XXI que ocurran estas cosas, las criticas son para construir y mejorar, pero hay empresas como esta que hacen caso omiso a los reclamos de los consumidores. ¿Hasta cuándo? Por ahora, subir a un móvil de La Termal es todo un caso, lo más parecido a desafiar al riesgo y la aventura o a viejos sketch de "El peor viaje de tu vida" en programas televisivos.