Así, sin más, se desarrollan las ventas ilegales de armas de fuego a través de las redes sociales, práctica que no es desconocida en el Chaco. Muchos usuarios intentan comprar por sólo mil pesos, pero el vendedor pide más, comparando su ofrecimiento con el costo de un arma legal.

Otros internautas muestran indignación con el mercado negro porque entienden que esas mismas armas que se venden por las redes sociales son las utilizadas para robar o matar. Estas transacciones se dan con total naturalidad a pesar de ser un delito.

El comercio va en aumento y cada día queda más expuesto en internet, donde florecen los ofrecimientos de armas de todo tipo. Comprar una sin papales puede resultar un trámite muy simple utilizando tales medios.

Según establece la legislación argentina, cada arma que sale al mercado debe tener su identificación (la tarjeta que la personaliza). Además, quien la usa debe tener la CLU (Credencial de Licencia de Uso o legítimo usuario como se dice habitualmente).

En tanto, existe otro permiso que es el de portación, aunque este es restrictivo y sólo se le otorga al personal de las fuerzas de seguridad –en actividad o retirado– no a civiles. Este permiso faculta al portador a llevarla preparada para su uso inmediato en un lugar público o de acceso al público.

De esta manera, un ciudadano civil puede tener permiso de tenencia y de uso, pero no de portación. Todo esto se encuentra establecido en la ley nacional 20.429, regulado por el decreto 395/76, la cual no fija un máximo de armas que se pueden autorizar para un ciudadano.

Claro que quienes ofertan y compran de esta manera, están muy lejos de querer ponerse a resguardo de la ley.