Hace meses que la novela del Presupuesto 2017 viene acaparando la atención y pasando a ser el tema político del año. Desde septiembre del año pasado se viene discutiendo en el seno de la Cámara de Diputados del Chaco sobre esta herramienta que era fundamental para la gestión de Domingo Peppo y se constituía, prácticamente, en el único salvavidas para poder salvar este año electoral. Lógicamente, este derivó en que las distintas fuerzas políticas aprovechen la situación para sacar tajada, siempre en beneficio personal o respondiendo a una estrategia partidaria de cara a las elecciones que se avecinan.
La dilación y las trabas puestas por la oposición estuvieron muy bien planeadas y con un fin específicamente determinado: intentar presionar al oficialismo por medio del ahogo financiero para intentar dar un batacazo electoral en las legislativas 2017. Hasta ahí todo bien, pero todo cambió con el cierre de listas de precandidatos que puso al descubierto el quiebre interno dentro de Cambiemos. El radicalismo “puro”, por así nombrarlo, cometió el error de ningunear y menospreciar a los partidos aliados con precandidaturas en lugares ridículos que solamente provocar tal fastidio que reventó con una traición a la hora de abordar el tema del año en la Legislatura.
Para obtener los 22 votos necesarios para aprobar las leyes del Presupuesto y toma de créditos, el Frente Chaco Merece Más necesita otros dos votos aparte del de Carlos Martínez de Libres del Sur, retirado del frente opositor desde el año pasado. El macrista Luís Obeid ya venía coqueteando con el oficialismo desde el año pasado y era cantada su afirmativa hacia la propuesta del Ejecutivo. Más teniendo en cuenta que desde Convergencia Social y Nuevo Espacio Abierto se había complotado para que el PRO se quede solamente con la octava posición en una lista en la que solamente ingresarían 7. Aquí aparece el radical “puro”, como así se tilda el propio Sergio Vallejos que nuevamente se sintió ninguneado por los caudillos supuestamente radicales que encerrados en cuatro paredes lo dejaron afuera de una lista oficial que le permitiera renovar su banca a fin de año.
La situación ideal, camuflada por el logro de haber conseguido partidas por 600 millones de pesos para municipios destinados a créditos blandos y aportes no reintegrables, que le sirvieron de fachada para que la traición y justa venganza no sea tan evidente.
Ya no importarán las sanciones partidarias, puteadas, escraches, amenazas o los millones que el dirigente radical capitalino reciba, lo que si queda bien claro que la venganza de Vallejo fue tan dura y de tal magnitud, que desde el radicalismo pensarán dos veces antes de volver a menospreciar a uno de sus delfines en el armado de listas de futuras elecciones.
