Hace varios años que no se vivía una crisis institucional de tal magnitud en ninguno de los municipios chaqueños. La destitución del intendente de Quitilipi, Sergio Casalboni, se ha convertido en la verdadera novela del verano y fue la mecha que encendió la feroz interna política dentro de la alianza opositora en la provincia.
El único intendente macrista del Chaco fue traicionado por sus propios concejales que actuaron en contubernio con sus pares justicialistas para sacarlo del medio e intentar callar al jefe comunal que se encontraba decidido a investigar a fondo oscuras maniobras con tintes de corrupción. O por lo menos esa es la justificación de un Casalboni que además de atrincherarse en el edificio municipal, prendió el ventilador y salió a gritar a los cuatro vientos los actos fraudulentos que protagonizaban algunos ediles.
En los pasillos de la municipalidad del centro de la provincia se comenta que el personaje que orquestó esta maniobra desestabilizadora fue nada menos que el ex presidente de la Legislatura chaqueña y acérrimo delfín de Ángel Rozas, Carlos Urlich. A pesar de que se encuentra alejado de la disputa política provincial, “Calino” como lo conocen los correligionarios, es oriundo de Quitilipi y siguen manejándose como peso pesado en la zona. Obviamente esta jugada contó con la complicidad de un justicialismo que utiliza esta oportunidad para intentar retomar un municipio que fue prácticamente entregado por los reiterados e injustificados errores del ex intendente Alfredo Zamora.
El gran impacto que tuvo esta noticia generó un sin fin de salidas mediáticas de dirigentes de todas las esferas y colores políticos; inclusive, permitió la reaparición de personajes que se encontraban archivados y escondidos debajo de la alfombra. Los radicales culpaban al Gobierno provincial de haber permitido una maniobra desestabilizadora en dicho municipio. Desde el oficialismo en cambio, hablaron de un problema interno entre la UCR y el PRO que provocó el inicio de las internas de cara a las legislativas de este año.
El clima sigue caliente, lo que deja bien en claro que el año electoral transcurrirá de manera compleja y con cierto grado de tensión en el macrismo y los radicales puros o rozistas del Chaco.
¿Y Crespo dónde está?
Antes de asumir su cargo como ministra de Salud del Chaco, Mariel Crespo, prometió una gestión bien cerca de la comunidad y en cada rincón de la provincia. Ya han pasado más de un año y la funcionaria sigue brillando por su ausencia en el Chaco profundo. Ya son varios los intendentes que se encuentran furiosos por el abandono de la ministra, que hace varios meses no recorre el interior. Ni hablar del estado de los hospitales alejados y los centros de salud en parajes desolados que no solo no cuentan con medicamentos suficientes ni doctores, sino tampoco, por lo menos, escuchan las habituales promesas características de su gestión.
Muchos jefes comunales del interior aseguran, en tono burlón, que la ministra de Domingo Peppo en realidad no se encontraría cumpliendo funciones en la cartera sanitaria provincial, sino como Secretaria de Salud de Jorge Capitanich en la Municipalidad de Resistencia, ya que no se mueve de esta localidad.
