Un informe realizado por el propio Carlos Casalboni reveló que la mitad de los niños de 100 familias padece desnutrición, y que el 52% de 23 chicos menores de 5 años "presenta algún grado de afectación nutricional", incluso desnutrición grave. También dedujo que el 49% de 31 niños mayores de esa edad sufren déficit de talla y peso, alteración inmunológica y los consecuentes daños neurológicos.

Dado este panorama, la celebración cayó tan mal que algunos habitantes realizaron denuncias a los medios de comunicación.

No aclares que oscurece

Ante la dimensión de las repercusiones, el jefe comunal argumentó que "siempre de un sector y otro hay reclamos por el presupuesto que implican las fiestas, pero son eventos sociales que la comunidad los quiere".

Además, Casalboni intentó justificarse tirando la pelota para otro lado. Según dijo, "lamentablemente hay ciertas decisiones" que no las toma él. "En el Concejo tengo mayoría opositora. Tienen su independencia. Ocho de nueve concejales votaron a favor de esto y yo tengo que respetar la diferencia de poderes y en este caso lo que el Concejo dice. Esto no quiere decir que no se esté trabajando con la desnutrición infantil", señaló.

El periodista Nelson Castro tuvo la oportunidad de dialogar con el intendente en vivo, y no ahorró su opinión acerca de semejante “justificativo”. "Es impactante escuchar al intendente de Quitilipi decir que el Concejo Deliberante prefiere pagarle una fiesta a Agapornis y que los chicos se vean privados de 60 mil raciones de comida en el albergue. Es un disparate y nos deja boquiabiertos", expresó Castro.

Según cálculos estimados por el Centro Mandela respecto a los costos de los comedores escolares, las cuatro comidas con modalidad "albergue" cuestan $ 8,25. Es decir que el dinero gastado en el festival equivale a más de 60.600 comidas completas.