La provincia está quedando pegada al incendio macrista
Durante esta última semana se intensificaron las protestas en todo el Chaco por la difícil situación financiera que vive la provincia y el país. La creciente ola de despidos, a la que se suma el corte repentino de beneficios sociales y el aumento desmedido de precios de los productos de la canasta básica, generaron un clima de disconformidad que ya se hace notar en las calles.
Los movimientos sociales y autoconvocados intensificaron su cronograma de piquetes y cortes de calles. La actitud expectante que mantuvieron durante casi todo el año está quedando atrás. El chaqueño promedio responsabilizaba por esta situación al Gobierno nacional y despagaba al gobernador Domingo Peppo de las duras críticas. Esto ha cambiado. De a poco los ciudadanos se están cansando de la actitud pasiva y hasta se podría decir obsecuente del mandatario provincial para con el presidente Mauricio Macri. La gota que colmó el vaso fue la última visita presidencial en la que nuevamente no se escuchó ninguna propuesta o anuncio serio que beneficie a la ciudadanía chaqueña.
Lo que hasta hace poco parecía una decisión correcta, ahora ya no conforma a nadie. El pueblo del Chaco comenzó esta semana a exigir liderazgo por parte del gobernador, así como reclama más insistencia y agresividad para reclamar por los fondos que permitan el desahogo financiero de la provincia. Cada día que pasa sin cambios en las políticas nacionales, sirven para pegar al gobierno provincial quede pegado a una gestión macrista que se incendia desde los cimientos.
Para colmo, con los reflejos políticos ágiles que siempre tuvo, el ex gobernador y actual intendente capitalino Jorge Capitanich salió a castigar duramente al Mingo Peppo y aclaró que todos los triunfos electorales que tuvo el peronismo durante los últimos años fueron gracias a él y su imagen política. Sin dudas, tratando de dar ese tiro de gracia en un momento difícil en donde todas las miradas comienzan a dirigirse al actual gobernador chaqueño.
No es casualidad que Coqui salga justo en este momento a instalar en los medios el tema de la interna justicialista chaqueña. Ya sea por soberbia o por real conocimiento de sondeos que lo ubican como el candidato más potable del PJ, el montenegrino salió a marcar la cancha y nuevamente trajo agua para su molino. A pesar de su estancada gestión municipal producto de la falta de fondos, Capitanich utiliza las herramientas disponibles para capitalizar su poderío político y comenzar un 2017 plenamente electoral de la mejor manera.
Ya arrojó la primera piedra, habrá que ver si alguno de los supuestos rivales internos coge el guante y se anima a desafiar en las urnas al caudillo moderno que tiene el peronismo chaqueño. Capaz es muy prematuro vaticinarlo, pero es evidente que la lucha de egos, la ambición de poder y el orgullo provocarán que el peronismo chaqueño tenga que sufrir un duro proceso electoral interno el año que viene.
Rozas volvió al ruedo
El ex gobernador radical pudo sobrepasar sus problemas de salud y volvió a marcar presencia política en actos y recorridas. A pesar del intento de algunos radicales bonaerenses para “limpiarlo” de las negociaciones en el Senado de la Nación y en el Comité Nacional, el chaqueño se hizo fuerte y está nuevamente en el ruedo. Ojo, en la UCR las cosas tampoco son color de rosas, así que también tendrán que dirimir si van a una salvaje interna o se unen para intentar dar el batacazo en las legislativas chaqueñas del 2017.
