Interior
Castelli

Denuncian otra muerte injusta de un bebé indígena

Nuevamente el Hospital de Castelli en el centro de las miradas.

Según informó el coordinador del Centro Mandela, Rolando Núñez, este jueves 21 de mayo falleció Joaquín Acevedo, un bebé qom que estaba internado en el hospital Güemes de Castelli, que nació hace dos meses y días. Su mamá se llama Luciana Acevedo. Es soltera. Vive en el paraje El Colchón, a 10 km de Villa Río Bermejito.

El informe enviado a NOVA por el Centro Mandela expone que cuando estaba por producirse el nacimiento de Joaquín, la mamá fue derivada desde el hospital “Néstor Kirchner” de Villa Río Bermejito. La derivación se produjo a las dos de la madrugada. Intervino el doctor Javier Flor. La mamá embarazada fue trasladada al fatídico hospital de J.J. Castelli para que de urgencia se le practicara una cesárea. En el citado hospital negligentemente dejaron a la mamá en trabajo de parto para que tuviera su bebé por parto normal. Recién a las seis de la mañana la llevaron a cesárea por procidencia de cordón, que ya venía diagnosticado desde el hospital de Bermejito. El cordón umbilical estaba en el canal de parto, por delante de la cabeza del bebé por nacer; por lo tanto, el nacimiento no se podía producir por vía vaginal porque el cordón presionaba y asfixiaba el nonato. Hasta que llegó el anestesista, el cirujano y los auxiliares para iniciar la cesárea, el bebé se asfixió. Producto de ellos nació con parálisis cerebral y falleció dos meses después, sin que se le brindara asistencia sanitaria integral a pesar de la notable negligencia hospitalaria y de la patología generada a partir de la mala praxis médica.

La muerte de Fiorella

Joaquín no es el primer hijo de Luciana que falleciera. Hace dos años se le murió su bebé Fiorella, cuando tenía siete meses. La mamá entendió que la bebé murió de neumonía o diarrea, lo que parecería paradojal y contradictorio si es que no tenemos en cuenta que el hospital no informa bien a los pacientes o deudos. En realidad ninguna de esas dos posibles causas son las de fondo, sino que simplemente son las causas emergentes, que a su vez tienen su origen en la situación socio-sanitaria extremadamente grave, de pobreza extrema y de máxima exclusión en la que viven las comunidades indígenas de El Impenetrable. El sistema sanitario nunca realiza auditorias de las muertes para establecer objetivamente las causas de los fallecimientos muertes para diseñar acciones y planes sanitarios que sean eficientes para impedir enfermedades y muertes evitables o altamente evitables. Queda claro que las muertes de Fiorella y Joaquín no debieron producirse

Derivados para morir

Los profesionales que trabajan en los hospitales rurales y en los puestos sanitarios de El Impenetrable disponen las derivaciones para brindar a los pacientes una mejor atención en el Hospital Güemes. Sin embargo, los recién nacidos y niños indígenas son los que más mueren en ese establecimiento. Para que las madres aborígenes acepten las derivaciones, los médicos y los auxiliares de la salud deben realizar muchos esfuerzos porque no quieren ser atendidas en ese hospital porque saben que allí mueren. Con tiempo y paciencia, después de muchas dudas, los padres aceptan la derivación, aún afligidos por las enfermedades de sus hijos y por lo que les puede pasar.

Estos días, de bastante calor a pesar de que es otoño, ingresaron al sistema sanitario público muchos niños y adultos con diarrea y vómitos. En Villa Río Bermejito el agua supuestamente potable se entrega “muy fea y con olor a charco”. Se supone que como la demanda es elevada otra vez no cumplen con el proceso de potabilización y se enferma la gente. Muchos chiquitos llegan deshidratados al hospital de esa localidad de El Impenetrable. Se les pone suero y se recuperan, pero se nota que vienen “muy chupados” y en varios casos después de ser asistidos por curanderos. Se necesita atención médica en todos los parajes y barrios alejados. Faltan médicos, bioquímicos, técnicos de laboratorio y auxiliares. Los fondos mensuales que se envían son insuficientes. Faltan ambulancias. El cupo para combustible no alcanza. La central del Ministerio de Salud no escucha ni responde. El hospital de J.J. Castelli está fuera de control. No da respuesta a las demandas de la comunidad, que está signada por la tendencia de enfermar y morir prematuramente por las condiciones sociales, económicas y educativas marcadamente negativas. La atención es notablemente deficiente y cobra vida casi todos los días.

Lectores: 277

Envianos tu comentario