Según el esquema que se acordó en Buenos Aires, Nikisch sería el candidato a intendente de Resistencia del Frente Renovador, en tantoAzula, actual mandamás de Barranqueras y referente de la línea interna Somos Parte, y Gutiérrez, presidente de la UCR y hombre de Convergencia Social, se postularían para la Gobernación.

Aunque Azula podría apostar a renovar en su cargo y quedaría como una “figura relevante” del espacio, quizás a la espera de pegar el salto en el próximo turno electoral. El broche de oro sería la postulación de Aída Ayala, aunque la alcaldesa capitalina, aislada, aún no definió con qué lista se presentará.

Pero la alianza no cayó bien en los sectores peronistas del Frente Renovador. Un alto armador del espacio, de raíces justicialistas, reconoció que le “revuelve el estómago tener que estar transando y arreglando con los radicales”. Dio el “ok” muy a su pesar, acaso consciente de que será la única manera de derrotar al Frente para la Victoria, aunque todavía Jorge Capitanich no haya bendecido a ningún sucesor.

Como referente de Somos Parte, Nikisch convocó a la dirigencia radical para este viernes, a las 18, en Machagai, con el supuesto objetivo de calmar las aguas y brindar la “información precisa” para que el sector “pueda evaluar, debatir y tomar posición sobre el actual escenario político interno”. Traducción: les anunciará el acuerdo e intentará convencerlos de que es la mejor decisión.

Sobre la cercanía con el massismo, aclaró que la idea es integrar el espacio a Unión por Chaco, “como un aliado más en la integración de partidos y movimientos sociales que conformamos este frente, en concordancia con lo resuelto por el Comité Nacional de la UCR dentro del espacio FA-UNEN”. Un intento de lavarse las manos, porque hay un sector del radicalismo que se opone a cerrar filas con Massa.

El diablo metió la cola

El encuentro del lunes fue más que una señal concreta. José Sánchez, apoderado del Frente Renovador en Chaco, explicó que se trató de “una reunión muy promisoria, y con esperanzas de conformar algún acuerdo beneficioso para trabajar en conjunto por la provincia”. Del mitín también participaron el intendente de Villa Berthet, Atlanto Honcheruk, y el armador formoseño Vicente Joga.

“Hablamos sobre la problemática del Chaco y quedamos en estudiar la posibilidad de desarrollar una tarea conjunta, como acuerdos de trabajo para participar en las PASO”, dijo Sánchez. Más claro, agua (del río Bermejito).

Tras considerar el encuentro como “el primer paso” de la ruptura de Nikisch y Azula con la UCR, el apoderado massista adelantó que se acordó que “cada uno quedó en que hablaba con los dirigentes más importantes de cada sector, para analizar en ese contexto si es factible o no” el acuerdo. Pero había cámaras. Y Massa no hace nada sin ellas si no tiene en claro sus pasos.

Resistencia (y no por la Capital)

La movida generó una creciente discordia en un sector mayoritario de la UCR, donde no ven con buenos ojos un acercamiento con Massa. El diputado nacional Hugo Maldonado no anduvo con vueltas: “Me dio por las pelotas”, planteó. “Es una vergüenza que en Chaco estemos dando este mensaje institucional: somos radicales del Pro compitiendo contra radicales massistas, mientras el partido tiene a nivel nacional un acuerdo vigente con UNEN que a nadie parece importar”.

Para Maldonado, si el radicalismo no consiguiera candidatos, debe abstenerse de participar. “La opción es una abstención histórica –propuso- Así aparecimos en la vida pública del país y así debemos seguir, con una fuerte participación ciudadana activa, no con el único fin de ir a elecciones”.

Por su parte, Pablo Curín, intendente de Concepción de Bermejo y presidente de Somos Parte, declaró “ilegítima” la reunión con Massa, dado que los plenarios, advirtió, deben contar con el “aval de toda la mesa de conducción”. De ese modo, aseguró que la convocatoria “no representa la voluntad ni la decisión del conjunto”, por lo que “no tiene validez y las decisiones que se tomen tampoco”.

“Este movimiento propició siempre una conformación radical para la fórmula de gobernador y vice con una apertura hacia los demás sectores políticos con miras a un proceso electoral que nos permita recuperar el gobierno. Sectores que quieren un cambio de modelo de país no podemos sumarnos a un modelo que garantice la impunidad de los actuales gobernantes”, subrayó el titular de Somos Parte.

Tanto Azula como Gutiérrez negaron que en la reunión se haya cerrado un acuerdo. "Tuvimos una invitación para hablar con Massa y saber cuáles son sus propuestas, su esquema, qué es lo que tiene pensado para el Chaco y en que podemos colaborar para poder llegar a un acuerdo de integración con ellos para venir a apoyar mi candidatura a la Gobernación”, contó Azula.

Por su parte, Gutiérrez aclaró que “lo que hubo fue una reunión en la que escuchamos los planteos de un dirigente que es precandidato a presidente, desde el punto de vista de cuál es su visión de país y de provincia. A partir de este planteo se abre la posibilidad de que profundicemos esta charla y tengamos otras. Pero no hay ningún acuerdo", negó.

¿Y Rozas?

Sorprendió, en el entuerto, el silencio de Rozas. Es que, tal como reveló este portal, el ex gobernador avanzó en las sombras en un acuerdo con Capitanich para frenar a Ayala, a través de la interposición de un candidato de Convergencia Social en las PASO de la UCR, que sería la propia Azula. ¿Pero cómo quedaría ahora, en este esquema, la intendenta de Barranqueras? Habrá que verlo.

Fuentes del peronismo dijeron a NOVA que hay una “posibilidad” de que Rozas trate de “aunar voluntades” con Azula para evitar el salto al Frente Renovador. Y se permitió una chicana: “Si la UCR cierra mal en las PASO, cualquier candidato del FpV gana caminando”.

“Coqui” también metió la cola y había acordado con Rozas la presentación de un segundo candidato a gobernador en las primarias de la UCR. En sus cálculos, Convergencia Social podría vencer el experimento de Ayala gracias a su caudal de votos y su predicamento en el interior. Pero ahora cualquier arreglo quedó en stand by, a la espera del pase formal al massismo de un grupo de radicales.