Opinión
Opinión

Glifosato y arrozales: enfermedades renales

Graciela Vizcay Gómez.

Por Graciela Vizcay Gómez (*).

El problema de salud en las áreas de cultivo de arroz en Sri Lanka ha sido objeto de muchos debates científicos y políticos durante la última década. Aunque no existe un acuerdo entre los científicos acerca de la etiología de la enfermedad, la mayoría de ellos han concluido que se trata de una nefropatía (toxina que ataca al riñón).

Ninguna de las hipótesis formuladas hasta ahora podría explicar la totalidad de manera coherente hallazgos bioquímicos clínicos histopatológicos y la distribución geográfica de la enfermedad y su aparición desde mediados de 1990.

La fuerte asociación del consumo de aguas duras y la aparición de la enfermedad renal han sido sometidas a muchas discusiones entre los investigadores. El glifosato es el herbicida más utilizado en el área endémica de la enfermedad. La propiedad quelante de metales y glifosato como compuestos relacionados es un hecho bien conocido. A través de este estudio la Universidad Estatal de California en Long Beach, dio un gran apoyo a esta hipótesis, y puede explicar las epidemias similares observadas en Andhra Pradesh, la India y Centroamérica.

Aunque el glifosato solo no causa una epidemia de la enfermedad renal crónica, parece que ha adquirido la capacidad de destruir los tejidos renales de miles de agricultores cuando conforma un factor ambiental (dureza) y metales nefrotóxicos.

Es lógico descubrir en otras zonas agrícolas en el mundo el uso excesivo de glifosato, la contaminación de las aguas subterráneas, un cóctel con metales nefrotóxicos que serían los causantes del daño a los riñones.

Las patologías renales causadas por sustancias nefrotóxicas más habituales son: Insuficiencia Renal Aguda (IRA), Insuficiencia Renal Crónica (IRC), Síndrome Nefrótico (SN) y Refritis (NFT).

Por ejemplo, nuestro polo arrocero chaqueño, Entre Ríos y San Javier-Alejandra, en Santa Fe, y las víctimas de Las Palmas y La Leonesa son un claro ejemplo de lo que produce la genotoxicidad y teratogénesis de este herbicida calificado erróneamente como banda verde "inofensivo".

Ninguna novedad para mí.

(*) Abogada ambientalista.

Lectores: 203

Envianos tu comentario