Política
Exclusivo de NOVA

¿Días contados para Marcos Verbeek?

Seriedad. Cuenta regresiva para Marcos Verbeek.

Una compleja trama de coimas y sobrefacturación golpea las puertas de Marcos Verbeek, el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de Chaco. Cuestionado ya en la época de Jorge Capitanich, el funcionario es hoy sindicado como el “recaudador” de Juan Carlos Bacileff Ivanoff, el gobernador saliente cuya única preocupación es un lugar en las listas para su hijo, Darío, actual presidente de la Cámara de Diputados.

Pero el trabajo en las sombras de Verbeek no es lo único que debilita su proyección de cara a 2015, sino que sus funcionarios tampoco se la hacen fácil. Las irregularidades serían tan flagrantes que habrían precipitado la renuncia de Egidio Colman, secretario general del Ministerio de Infraestructura.

Según pudo saber NOVA, Colman aprovechó un viaje de placer de Verbeek a Panamá y pegó el portazo. Eso antes que enfrentar a la Justicia. Es que el ya ex funcionario estaba acusado por empresarios e intendentes de “recibir las coimas” para Verbeek y Bacileff Ivanoff, en una predecible escala de “copa derramada” pero a la inversa.

Es más, algunos de sus detractores aseguran que tienen filmado a Colman en medio de uno de sus supuestos pedidos de coimas.

No es el único. A Verbeek le facturan perseguir a los intendentes del peronismo para averiguar quién fue el que lo denunció ante Capitanich, que ya habría puesto el grito en el cielo por sus desaguisados. Hoy, Verbeek no los atiende si no tienen información al respecto.

Como sea, lo cierto es que su grupo se resquebraja. La partida de Colman, que aprovechó su viaje a Panamá, se sumó a la renuncia de José Galassi, que se desempeñaba como asesor de la cartera. Ahora, el abogado tiene para 2015 el mismo interés que Gustavo Martínez, el ministro de Desarrollo Urbano: la intendencia de Resistencia.

“Verbeek era el ministro fuerte de ‘Chiyo’, pero ahora está complicado. Todos esperan a ver qué va a ser de él cuando regreso de Panamá”, especulan en Chaco. Ni “chiya” ni limonada.

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