El distrito de Juan José Castelli, en el noroeste de la provincia de Chaco, está atravesando una sequía histórica. La alarmante situación lleva ya cuatro meses, y el gobierno del intendente Alberto Nievas no ha brindado respuestas. El panorama se complejiza cuando se advierte que concejales del PJ y consejeros de la cooperativa de ese servicio extraen agua para su consumo personal y dejan desguarnecidos a los barrios.
El concejal radical Agustín Detzel anunció que analizan recurrir a la Corte Suprema para que la cooperativa local brinde en tiempo y forma el suministro de agua potable a la población. “El problema es que la administración de la cooperativa no tiene todo el aparato para afrontar este servicio”, señaló en declaraciones a NOVA.
Detzel aseguró que la ayuda del gobierno provincial, que consiste en 18 camiones, “no alcanza”. “Las familias no tienen agua ni siquiera para mamaderas, ni en sus canillas ni en los tanques comunitarios”, denunció.
En esa línea, el edil graficó que el gobierno del peronista Alberto “Beto” Nievas responsabiliza al gobernador Jorge Capitanich por la faltante de agua, y que éste hace lo propio con el gobierno nacional. “Si hay sintonía de acá a la Nación, ¿como no va a ser posible brindar este servicio?”, se preguntó.
El concejal de la UCR afirmó que los vecinos de Castelli se levantan a las 4 de la mañana para ir a hacer cola para obtener un bidón de agua, y evaluó que, si las comunidades de los pueblos originarios llegaron a la Corte Suprema en su reclamo de insumos, “¿por qué no lo podemos hacer nosotros?”.
Ese será el próximo paso ante la inacción de la cooperativa de servicios públicos Contraalmirante Gregorio Portillo. De los más de dos millones de litros por día que se necesitan, detalló Detzel, la cooperativa sólo brinda 1.500.000. El hospital, de hecho, debe reprogramar sus actividades.
En ese marco, este medio pudo confirmar que concejales y consejeros de la cooperativa extraen agua de las bombas para su consumo personal, en detrimento de los barrios más necesitados. Lo hacen día por medio, aprovechando el agua que suministran los camiones del gobierno provincial.
Cada vez que ese suministro se pone en marcha, un concejal peronista y consejeros de la cooperativa instalan bombas eléctricas que extraen el agua y deja a los barrios imposibilitados de recibir 10 litros por día.
Ante este panorama, los vecinos de Castelli extraen el líquido de la represa y del pozo que, pese a que no es de mala calidad, no es potable. En los pozos ponen jarras o pequeños contenedores y desde ahí cargan a los baldes o bidones, algunos con más recursos toman desde la red con motores. Este miércoles, de hecho, funcionaron sólo 11 de los 18 camiones designados para tal fin, porque los siete restantes tienen desperfectos mecánicos.
Un alto porcentaje de la sociedad no recibe una gota de agua por día, a veces pasan cuatro o cinco jornadas y tienen que recorrer grandes distancias para poder tener obtener para el consumo humano; otros barrios, en tanto, son beneficiados por tener alguna represa cerca y extraen agua de ahí para lavar la ropa, limpiar sus viviendas y demás quehaceres domésticos.
Los vecinos de los barrios más carenciados deben recorrer entre 30 y 40 cuadras para llevar 20 o 30 litros de agua. Desde alta horas de la madrugada, los chaqueños hacen cola a la espera de su turno.
La desidia de las administraciones local y provincial es violatoria incluso de la ley provincial 4195, del año 1995, que establece la función social y productiva de los servicios públicos en Chaco, entre ellos la provisión de agua potable, que debe ser “ininterrumpida”.
