Política
Como loco malo

Triste, solitario y final: el ocaso de Capitanich

“Coqui” explica. ¿Alguien lo escucha?

Llegó con ínfulas de revitalizar la gestión, pero terminó solo, desautorizado, sin poder y envuelto en un mar de contradicciones. A Jorge Capitanich todo le salió mal: prometió cambiar Fútbol para Todos con la incorporación de Marcelo Tinelli; renovar el gabinete, lavar la imagen del Gobierno y potenciar la comunicación. Ninguno de esos objetivos fueron alcanzados. Las conferencias de prensa matinales lucían revolucionarias, pero hoy lo muestran aislado e incapaz de ocupar un lugar en la agenda de los grandes medios.

No es para menos. Si bien el planteo inicial fue interesante, la modalidad se vio seriamente afectada a partir de la disposición de tres preguntas por encuentro. Es que su vocera, Verónica Lara -que no tiene diálogo con los periodistas acreditados-, elige cada mañana de manera arbitraria quiénes serán los tres afortunados que podrán representar a su medio. Hay muchos que, sin razón aparente, nunca cuentan con su bendición. NOVA es uno de ellos.

Impoluta, sin siquiera acercarse a los periodistas, Lara recibe una lista de nombres y tilda tres, al azar, que serán los habilitados a preguntar. Algunos tienen suerte; otros cuentan con alguna venia; los menos, no pueden preguntar por más que se anoten todos los días. Ni las quejas son escuchadas en Balcarce 50.

Pero esa es sólo una de las razones del fracaso de Capitanich. En términos políticos, nunca logró levantar su imagen de cara a las presidenciales de 2015; de hecho, el turno electoral del próximo año es lo único que explica su decisión de abandonar Chaco, donde dejó un frente interno convulsionado, para ponerse a las órdenes de Cristina Kirchner.

Pero el juego no resultó. La decisión de la Casa Rosada de dejar a Córdoba librada a su suerte en momentos de levantamiento policial y la falta de explicaciones en torno a los cortes de luz del verano dejaron a “Coqui “expuesto en sus conferencias de prensa. Para colmo de males, cada una de sus definiciones matinales era desautorizada luego por funcionarios como Julio De Vido, Florencio Randazzo o el propio Axel Kicillof. Al día siguiente, Capitanich debía aclarar. Y en ese mundo de contradicciones sigue hasta hoy.

Párrafo aparte merece el frustrado acuerdo con Tinelli para Fútbol para Todos. A poco de la presentación del nuevo ciclo, Máximo Kirchner derribó el acuerdo y “Coqui” debió darle la noticia al conductor de “Showmatch”. No por nada Marcelo Tinelli “lo atiende” cada vez que puede en su programa. Hace poco dijo que escucharlo cada mañana “lo dormía”. No está muy lejos de la realidad.

Más allá de las declaraciones de ocasión, La Cámpora nunca le permitió a Capitanich moverse con soltura, como quedó demostrado en el caso de Fútbol para Todos. Pero fiel a su estilo dialoguista, “Coqui” se limitó a definir a los jóvenes como “la generación que gobernará en el futuro”. Un cachetazo atrás de otro.

Además, ¿de qué sirven las conferencias si el ministro coordinador va a negarse a hablar de cada tema delicado? Lo hizo con Amado Boudou, el Indec y sus “problemas de empalme” y los “cortes programados”, entre otros puntos incómodos. La lista podría seguir.

Esa larga serie de desaciertos explican su soledad en las conferencias matinales de estos días, que apenas un puñado de canales transmiten. Ni siquiera cuenta con las emisiones en vivo, casi en cadena, de los primeros tiempos. Ya nadie quiere ir a verlo. Es más, los periodistas se pelan por no asistir. Será responsabilidad de su vocera tratarlos con la ecuanimidad que merecen y no hacer diferencias. Aunque parece ser el ocaso de un guerrero.

Lectores: 2783

Envianos tu comentario