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Algo huele mal en el Chaco

Una mujer que se caga en todo causa terror en las pilcherías resistencianas

La mujer resultó ser una cagadora serial.

El encargado de un local de venta de ropa femenina expuso a través de las redes sociales un hecho insólito: una clienta defecó en el probador.

Según el relato, la mujer ingresó al local ubicado en la galería Mariana, en pleno centro de Resistencia, y con total normalidad hizo las habituales consultas sobre prendas y precios, para quedarse con un par de vestidos y un pantalón y, acto seguido, ingresó a uno de los probadores.

Hasta ahí, todo parecía normal, excepto el hedor que comenzó a circular por el salón de ventas que, en principio, los vendedores le atribuyeron a alguna obra de reparación de las cloacas en la zona.

La mujer compró las prendas y abonó sin levantar ningún tipo de sospechas y se retiró saludando muy afablemente.

Al retirarse, los empleados, ya sin la necesidad de conservar las formas, coincidieron en exclamar casi a viva voz: ¡Qué olor a mierda! Y tras cerciorarse de que el olor no provenía del exterior, sino que emanaba de lo más profundo del local, comenzaron las suspicacias y el cruce recíproco de miradas inquisidoras entre ellos.

El más comedido se ofreció para investigar y agudizando su olfato, aunque ya no era necesario, corrió al box donde aparentemente estaba todo en orden, sin embargo, al levantar el puff, descubrió que éste estaba adherido al piso por un grueso terrón de heces que oficiaba de argamasa, pero, además, al correr la cortina, el empleado estuvo a milímetros de embadurnarse las manos, ya que la excretora había sacado provecho de la textura del género para limpiar sus partes pudendas.

Ante la desagradable sorpresa, corrieron tras la mujer pero ésta, ya ostensiblemente más liviana, se había perdido de vista.

La noticia, como el olor, habían inundado toda la zona y otros comerciantes comenzaron a narrar historias similares que mantenían en secreto, no sabemos si por temor a afectar negativamente a su local o simplemente para no prevenir a los demás y consolarse cuanto estos corran la misma suerte.

Ventilar esto sirvió para descubrir que todos los casos fueron protagonizados por la misma mujer y hasta se trazaron las primeras hipótesis: se cree que defecar es su manera de expresar su disconformidad con el precio de la indumentaria.

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