Política
Panorama político nacional

Nuestro hombre en Resistencia

Capitanich. El adelantamiento de las elecciones en Chaco como excusa ideal ante Cristina para volver al pago. (Dibujo: NOVA)

La reunión venía demorada. Los intendentes se acodaban en la mesa, se levantaban, se ponían al día, repetían el café y hasta se sacaban fotos. Estaban esperando a Capitanich en el Salón Sur de la Casa Rosada. El jefe de Gabinete llegó con más de una hora de retraso. "¿Cómo andan?", lanzó al entrar, raudo. Lo recibieron con un aplauso. Estaban casi todos (los del PJ). Apenas sentados, mientras en la cabecera se acomodaban los papeles, una intendenta del fondo gritó: "¡Acá estamos los de Chiyo!". Las risas invadieron el ambiente y distendieron el cónclave.

"Chiyo" no es otro que Juan Carlos Bacileff Ivanoff, el vicegobernador chaqueño a cargo del Ejecutivo. Un hombre que conduce con mano de hierro y sobre quien se han tejido innumerables especulaciones. La más extendida: su supuesta pelea con Capitanich, quien le dejó el sillón de mando ante la convocatoria presidencial. El último folletín de esa novela: la decisión de adelantar las elecciones en Chaco.

"¡Digan Chiyo!", propuso uno de los intendentes al momento de la foto de rigor, al término de la reunión, en reemplazo del "whisky" habitual. De nuevo las risas. La supuesta pelea de ambos nunca fue tal. La cadena de mando no está cortada en Chaco, en gran parte porque el jefe de Gabinete nunca dejó de manejar los hilos de una estructura tensa y siempre a punto de romperse. La puesta en marcha del nuevo calendario electoral sería otra prueba de que el tándem Capitanich-Bacileff funciona con precisión de relojería, a contramano de la mayoría de las lecturas que se hicieron en Buenos Aires.

“Con la Presidenta no puse plazos ni condiciones”, suele decir “Coqui”. En momentos en que se discute (y se hace necesaria) su salida del gabinete, el adelantamiento de los comicios en Chaco se presenta como la excusa perfecta ante la Presidenta para regresar al pago y ordenar la tropa. No habría sorpresa con la decisión que tomó Bacileff. Capitanich es un león herbívoro.

La reunión con los intendentes chaqueños tomó relevancia por el pedido explícito que le hicieron para que regresara a Resistencia. Uno de ellos habló de más y lo divulgó. El jefe hizo lo que hace desde hace un tiempo: escucha y asiente. Sabe que su batalla en Buenos Aires está perdida, pero de alguna manera se encuentra atrapado en una función que ya siente ajena. En Chaco nadie cree que el actual gobernador se haya cortado solo.

“Bacileff no hace nada sin consultar a ‘Coqui’”, cuentan a NOVA desde Chaco. El reclamo a Capitanich como el único capaz de ordenar el agitado peronismo local es la carta que juegan todos los intendentes. “No hay un peso en la calle. O viene a poner guita o le van a prender fuego la provincia”, advierten, sin eufemismos, en Resistencia, y ponen el foco en el punto más sensible: la falta de diálogo con las organizaciones sociales. Bacileff no se caracteriza por escucharlos; es más, si puede, los reprime. Todo lo contrario a los modos dialoguistas del gobernador.

Con las primarias chaqueñas fijadas para el 8 de marzo y las generales para septiembre, un mes antes de las elecciones presidenciales, a Cristina no le quedaría otra alternativa que dejar ir a su jefe de Gabinete para organizar la campaña y definir los nombres. Siempre y cuando, claro, le interesara la suerte electoral de Chaco, uno de los oasis del FpV en el “interior profundo”: en 2011, tanto allí como en Santiago del Estero, el kirchnerismo se impuso con más del 60 por ciento de los votos.

Además, a qué negarlo, la función de Capitanich en el Gobierno ya está cumplida. La sensación es la de ciclo terminado. El proyecto presidencialista salió mal, por “errores no forzados” pero, en gran parte, por la intemperancia del camporismo. Más bien conviene refugiarse en lo seguro, sobre todo porque la campaña empezará en el verano.

El reposo del guerrero

Si bien no hay definiciones sobre su futuro inmediato, no es descabellada la posibilidad de que Capitanich termine siendo candidato a intendente de Resistencia. Su apellido en la boleta permitirá traccionar votos para el peronismo y dar una batalla concreta en un bastión esquivo, hoy en manos del radicalismo.

No es el único objetivo de la jugada concebida entre Chaco y Buenos Aires. “El adelantamiento de las elecciones agarró en cancha rayada a todos los vagos”, graficó ante NOVA un vocero del peronismo local. La instantánea no los benefició: “Están todos lanzados, pero nadie tiene nada armado”.

Como a Néstor Kirchner en 2009, la movida le permitiría al oficialismo enderezar la nave rumbo a la victoria ante la incertidumbre y atomización opositora. Por citar un ejemplo: la convocante intendenta de Resistencia, Aída Ayala, todavía no definió si va a abrochar un acuerdo con Sergio Massa o con el Pro. “El único beneficio es que ellos tienen armado y la oposición no”, completan.

La decisión se habría tomados sin desplantes, con “Coqui” como artífice silencioso desde Buenos Aires. Bacileff espera ubicar a su hijo, Darío –actual presidente de la Cámara de Diputados- como candidato a vicegobernador en 2015, por lo que podrían repetirse los apellidos de la fórmula ganadora en caso de que Daniel Capitanich, intendente de Campo Largo y hermano del “jefe”, sea el sucesor. Nepotismo rupestre. Aunque también puja por esa candidatura Domingo Peppo, presidente del Instituto de Vivienda chaqueño.

En definitiva, una hábil jugada de un jefe de Gabinete aislado, desgastado y sin posibilidad de proyectarse. Aunque por ahora no dejan de ser versiones de palacio, su reemplazante en la asfixiante gestión nacional podría ser el ministro con quien le tocó compartir el “relanzamiento” del Gobierno: Axel Kicillof. Un final que no era el esperado al momento de su rutilante llegada. Acaso conscientes, los intendentes se lo hicieron saber en la Rosada. Su autoridad en su pago chico es incuestionable, como la de Cristina. Nuestro hombre en Resistencia.

Por Nicolás Poggi (@pogginico), acreditado de NOVA en Casa Rosada.

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