Política
Exclusivo de NOVA

Jacinto Amaro Sampayo, el López Rega de Aída Ayala

Sampayo, un hombre de armas tomar.

Pocos dirigentes sindicales del litoral han sido depositarios de tantas versiones como Jacinto Amaro Sampayo, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Chaco. Sobre el poderoso referente gremial se cierne una auténtica mitología, que va desde numerosas acusaciones de corrupción hasta una por lo menos sospechosa relación con la intendenta de Resistencia, Aída Ayala.

Un hecho reciente arrojó luz sobre los manejos de Sampayo en la política chaqueña. Pero fue como abrir una caja de Pandora. En algunos casos basta una denuncia para que se amontonen los damnificados. Y parece que en Chaco hay muchos.

El escenario fue una reciente celebración en el Instituto Privado Chaco, en Resistencia. Bastó sólo una distracción para el pope sindical. En medio de una recepción por la recibida de una de sus hijas, Sampayo irrumpió con una conservadora llena de bebidas alcohólicas, gracias a que su posición le permite burlarse de los controles. Sorprendió a más de uno, porque la convocatoria era para “divertirse sin alcohol”.

“Nadie los revisó”, se quejó ante NOVA un testigo del suceso. Es más, el jefe de los municipales se despachaba con todo desparpajo al colocar las botellas sobre la mesa. Más de un curioso lo fotografió. No era la mejor imagen de la máxima autoridad sindical de los trabajadores de las comunas. “Si no dan el ejemplo, ¿qué se puede esperar de los demás?”, se quejan.

Como le ocurrió al personaje de Denzel Washington en la película “Gangster Americano”, cuando una distracción personal llamó la atención de la policía, ese gesto de Sampayo precipitó una serie de largas acusaciones en su contra. “No lo quiere nadie”, reconoció ante este portal una experimentada fuente del peronismo chaqueño, aunque sin embargo aclaró: “También es porque su situación genera envidia, y porque así es la política”.

Así es la política. Justamente, gracias a la política Sampayo se acercó a Ayala, con quien mantiene una alianza profesional y personal. El sindicalista es visto como el titiritero que maneja los hilos del gobierno de Resistencia. No sólo eso: no son pocos los que insinúan que con la intendenta lo une una relación sentimental. Más de un gesto despertó la atención en los mentideros políticos chaqueños.

Este portal ya había dado cuenta de un antecedente. Fue cuando, el mes pasado, Sampayo organizó una pueblada en General Vedia en repudio del despido de tres empleados municipales. La respuesta de la policía, con una represión accidentada –dado que un oficial se disparó a sí mismo-, motivó las acusaciones a Sampayo desde el peronismo por supuestos fines destituyentes. De ahí a involucrar a Ayala hubo un solo paso.

Pandora

Sampayo es visto como el intendente en las sombras de Resistencia, un suerte de “López Rega” de Ayala. No casualmente, la alcaldesa radical es la mejor posicionada en las encuestas para las elecciones a la gobernación de Chaco, aunque aún no definió si jugará con Mauricio Macri, con Sergio Massa o con los dos. Se presume que el jefe de los municipales estará ahí, dando el consejo en el momento justo.

No es la única comparación. Sampayo también es definido como una especie de “Moyano de Chaco”: maneja la recolección de residuos, las inspecciones de tránsito y de boliches, los test de alcoholemia y el estacionamiento medido, además de la gravitación de “pseudo ONG’s” que también estarían bajo su órbita. A raíz de esas actividades construyó un poder difícil de igualar en Chaco. Quizás sólo sea equiparable al de Jorge Capitanich.

De hecho, uno de sus hijos, Facundo, estuvo hasta principios de año a cargo de las inspecciones de los locales nocturnos de Resistencia, con un cargo de subsecretario municipal. En abril pasado, el entonces secretario de Gobierno de Resistencia, Carlos Salom, reconoció “negocios” y “cosas turbias” detrás de los controles de su propio comuna. La familia Sampayo había metido la cola. Dos meses después, Salom tuve que irse del gobierno.

Fuentes locales revelaron a NOVA que el hijo de Sampayo manejaba las inspecciones con total discrecionalidad. Bajo su mando estaba la recaudación de las grúas y las infracciones de tránsito, además de los controles de alcoholemia, un negocio estimado, en total, en $ 400.000 mensuales.

“Siempre hablaron mal de él. No lo quiere nadie”, comentaron a este portal fuentes del FpV chaqueño, aunque sin embargo aclararon que el dirigente no lleva una vida fastuosa en su quinta de Colonia Benítez, como muchos acusan.

Desde el Frente Renovador, en tanto, lo acusan de ser el “socio” oculto de Ayala, además de comandar un negocio millonario a través de fundaciones sin fines de lucro apócrifas y el control del estacionamiento medido de Resistencia. Un negocio como “personero” de la intendenta en el que incluyen a su hijo. Otro hijo del poder.

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